N. Apofenia y Número | 2021

A continuación dejaré una serie de pensamientos y definiciones que puedan dar algunas pistas de lectura de este proyecto.

La apofenia, según Wikipedia, es la experiencia que consiste en ver patrones, conexiones o ambos en sucesos aleatorios o en datos sin sentido.

En estadística, la apofenia suele estar relacionada con un error que puede llevar a conclusiones falsas en una investigación. La probabilidad de encontrar una asociación falsa o casual entre dos variables, y creer erróneamente que se ha encontrado una asociación real, se incrementa cuando en lugar de aplicar el método científico se realiza el hackeo estadístico de una base de datos. Esta mala práctica consiste en jugar con una base de datos y relacionar la variable dependiente con todas las posibles variables independientes hasta encontrar una asociación estadísticamente significativa, sin haber establecido previamente un marco conceptual y una hipótesis de investigación que justifiquen por qué se van a estudiar estas relaciones.

El 18 de septiembre de 2019, 19 días después de haber llegado a Ciudad de México, debido a un placer que tengo en observar números y buscar algún patrón en ellos, tomé una foto al número interior de uno de los vagones del metro en los que me transporté ese día. Como me suele pasar, una vez me fijo en algún tipo de imagen, evento, situación o patrón, en las siguientes ocasiones, no pude dejar de ver estos números.

Así las cosas, y sin saber muy bien el por qué, me propuse repetir esta acción cada vez que tuviera la oportunidad. La regla era simple: de ser posible, tomarle foto al número del vagón de metro al que me subiera.

Esto condicionó todos mis viajes y comportamiento en este sistema de transporte: antes de la llegada del tren localizaba y me ubicaba en las zonas donde quedarían las puertas más cercanas al inicio o final del vagón, pues allí se ubican los números; y al abrirse las puertas, la cámara de mi celular ya estaba lista y en un movimiento rápido alzaba los brazos y tomaba un par de fotos antes de que el carro se pusiera en marcha.

Hasta el 16 de marzo de 2020 tomé 485 fotos.

Lo que vino después fue tratar de pensar qué podría hacer con ellas, o qué estaba pensando mientras lo hacía.

Las cifras

Para trasladarse a los distintos puntos de destino de la Ciudad de México y Zona Metropolitana, el Sistema de Transporte Colectivo cuenta con un parque vehicular de 384
trenes, de los cuales, 321 son de rodadura neumática, integrados por 292 trenes de 9 carros y 29 de 6 carros, así como 63 de rodadura férrea, integrados por 12 trenes de 6 carros y 21 de 9 carros, así como 30 trenes de 7 carros.*

Esto quiere decir que existen por lo menos 3.273 vagones de metro. La probabilidad de que me subiera en el mismo vagón más de una vez es de 1/3.273, o 0.030553009%.

La probabilidad aumenta un poco si se tiene en cuenta que mis recorridos, horarios y ubicación en el metro tienen frecuencias: salir de la casa entre 9 y 11 de la mañana, tomar
la línea 3 hacia Universidades o Indios Verdes, subir en los vagones exclusivos para mujeres de ser posible, una o dos correspondencias a mis lugares recurrentes y en la noche un trayecto de regreso parecido que por lo regular termina en la misma estación. No obstante, incluso moviéndome en una sola línea, por ejemplo la 3, que tiene alrededor de 50 trenes, y asumiendo que cada uno tenga un mínimo 6 vagones, la probabilidad de subir más de una vez al mismo es de 1/300, es decir 0.33333%.

Mi experiencia fue otra.

Después de estudiar mi base de datos de 485 números de vagones de metro de Ciudad de México, mis resultados dicen que de esos 485 vagones, en 80 me subí al menos dos veces; es más, en 8 de ellos me he subido cuatro veces hasta el momento.

El dado para jugar

El azar es una combinación de circunstancias o de causas imprevisibles, complejas, no lineales y sobre todo que no parecen ser predictibles en todos sus detalles. Etimológicamente, deriva del árabe az-zahr, que quiere decir: el dado para jugar. La teoría de la probabilidad es una rama de las matemáticas que estudia los fenómenos aleatorios. Está íntimamente ligada a la idea del azar y de algún modo se esfuerza por delimitar las posibilidades dentro de su naturaleza impredecible. Cuando me pregunté por primera vez si era probable que subiera en más de una ocasión al mismo vagón me encontré con el ejemplo del lanzamiento de un dado para entender la fórmula. Es un juego muy simple y a pesar de ello atravesado por tantas variables que sale del control de quien lo juega. De alguna manera, en la acción que me propuse, mi cuerpo funcionaba a la manera del dado cayendo en un vagón diferente (o no) cada vez. Yo también soy número.

Tiempo
Lo interesante de los números y las operaciones lógicas matemáticas es que, aun cuando se trate de un asunto de probabilidad, pueden crear un estimado sobre lo que no ha ocurrido, y anticipar una experiencia que incluso podría superar la capacidad de mi cuerpo. Si lanzara los dados de manera continua y en cada lanzamiento el resultado fuera una combinación diferente, tardaría alrededor de 72 horas en lograr las 60.000 combinaciones posibles contenidas en los cinco dados. De la misma manera, el juego que propongo tiene pocas probabilidades de ser acabado algún día. La naturaleza infinita de los números tiene que ver con la naturaleza infinita (o tendiente al infinito) de esta acción que propongo. Sigo preguntándome por las limitaciones y extensiones que permiten los números, las fórmulas y los cálculos y su efecto en la realidad. La estadística dice que es poco probable que alguien gane en el juego que estoy proponiendo, pero por cuenta propia he visto también cómo sus cálculos son refutados por la realidad.

Nota final
Si quieres participar de este juego, te encuentras en Ciudad de México y te sientes segura o seguro con respecto a vernos para una partida estaré feliz de encontrarnos.
Gracias por leer.

*https://www.metro.cdmx.gob.mx/parque-vehicular